volcan cotacachi

Este volcán ha sido objeto de numerosas visitas y estudios científicos por parte de geólogos conocidos como Wolf, Wimper, Stubel y La Condamine. Es el único volcán con presencia de nieve en la provincia, es llamado por el pueblo quechua Huarmi Raso o Cerro Hembra.
Este volcán en la actualidad muestra pequeños signos de actividad que son visibles en un recorrido en lancha. Su nombre se deriva de una lengua de origen preincásico "Tsui cocha" o "laguna de los dioses". Las aguas del volcán Cuicocha provienen de los deshielos del Cotacachi.
No hay actividad apreciable en este volcán, la actividad actualmente se limita únicamente a la caldera volcánica del Cuicocha, pocos kilómetros hacia el sur. En donde se pueden apreciar emanaciones de gas del fondo de la laguna.
Los hieleros de Cotacachi en las décadas entre 1960 y 1980 subían al volcán con las alpargatas y sin ninguna protección contra el sol y el frío buscando los yacimientos de nieve.
Ubicación
Está ubicado en la sierra norte, en la cadena occidental de la cordillera de los Andes.
Altura
Este volcán está a 4939 m s. n. m.
Clima
El clima, determinado por la topografía, vana de templado peRíodicamente húmedo a frío de alto andino y de tropical lluvioso a templado periódicamente seco.
Fauna
Las laderas de este volcán constituyen el hábitat natural de cóndores y en sus páramos existe la presencia de venados, conejos, lobos, servicabra, cuy de monte, conejo de monte, armadillo, zorro andino, chucuri, y gran cantidad de aves como tórtolas, torcazas, colibríes, gorriones, mirlos, lechuzas, entre otros.
  
Flora
Por su contacto lava volcánica posee más de 400 especies, que varían según la altitud a la que se encuentran.
Se pueden encontrar plantas medicinales y decorativas como totoras, sigses, bromelias, cerote, palo rosa, pumamaqui, arrayán, cedro rojo, rumibarba, calahuala. Además, existen diez variedades de orquídeas y una especie de bambú llamado suro.
• Laguna de Cuicocha: Está dentro de la Reserva Ecológica Cotacachi-Cayapas y es el sitio más visitado por la buena accesibilidad que tiene.
Leyenda la Mama Cotacachi
Ni de Otavalo, ni de Cotacachi, se puede hablar con el gran volcán. Para observarlo en el rostro, en los ojos, hace falta acercarse a su lado sur: solo de ahí se puede admirar su belleza. El Cotacachi es en realidad una mujer, bastante joven y muy linda llamada “Mama Chavica” o “María Isabela de las Nieves”.
La leyenda cuenta que hace mucho tiempo, donde hoy se ve la laguna de Cuicocha, existía una montaña mucho más grande que el mismo Chimborazo. Esta tenía la forma de una mujer muy vieja, así que los otros volcanes ni siquiera se fijaban en ella. La gran montaña sufría mucho por esto, así que un día decidió morir para renacer más joven.
Se unció en las entrañas de la tierra y cerca del lugar, surgió en forma de nuevo volcán: la espléndida Cotacachi a 4939 metros. Pero la mala suerte en asuntos sentimentales no abandonó a la nueva montaña. El primer cerro que se dio cuenta y apreció la belleza del volcán fue el viejo Pichincha, el Rucu Pichincha.
De su amor nació el Guagua Pichincha, que originalmente vivía junto a la madre. Cuando la mama Cotacachi se dio cuenta que cerca de ella había otro cerro, el Imbabura, mucho más joven y lindo que su esposo, decidió quedarse con él, sin hacer caso a lo que se dijera. De hecho, era cierto que el Imbabura sabía hacer el amor con muchas otras montañas, pero como esto lo hacía envejecer rápidamente, pronto decidió quedarse con la mama Cotacachi. Cuando de noche el Imbabura visitaba la mama, ella se despertaba cubierta de nieve, y hasta hoy sigue siendo así. La nueva pareja tuvo un hijo, el Yanahurco (cerro negro), que lastimosamente murió joven, así que hoy se ve velado y llorado por tres montañas llamadas las viudas.
La traición de la mama Cotacachi no quedó sin castigo. Su viejo esposo, el Rucu Pichincha no toleró ser abandonado así y buscó su venganza. Una noche se acercó a la mama y le quitó su primer hijo, el Guagua Pichincha, llevándoselo y poniéndolo cerca de sí, pero de manera que la mama pudiera verlo y sufrir de su lejanía. La mama se puso a llorar y hasta ahora no acaba. Quien visita la laguna de Cuicocha, nacida del dolor del volcán puede notar el torrente de lágrimas, llamado Chumaví, que baja del rostro del Cotacachi.
Hace tiempo, el taita Imbabura solía visitar más frecuentemente a la mama Cotacachi que hoy; había a menudo nieve y los indígenas habían aprendido a aprovechar este recurso. 


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